Sobre lo que es y no es Marketing de Guerrilla existen muchas teorías. Muchas empresas hablan de ella pensando que la están aplicando, cuando en realidad lo que hacen es algo diferente. De igual manera es frecuente que la confundan con el BTL. Debido a esto, conviene aclarar cinco premisas que deben tenerse en cuenta a la hora de catalogar una determinada acción como Marketing de Guerrilla.
El Marketing de Guerrilla no se circunscribe a un simple reparto indiscriminado de volantes o entrega de muestras de productos. Puede hacer uso de estos medios, pero si el objetivo no corresponde al de una estrategia continuada y consecuente de tipo ofensivo o defensivo, para debilitar o aprovechar la debilidad de la competencia, no pasarán de ser acciones meramente circunstanciales.
No es disparar con perdiguera sobre la masa, para incrementar las ventas. Su plataforma es la segmentación, ya sea por un perfil determinado o por la ubicación geográfica de la actividad en relación con el punto de venta.
No es una penetración de vendedores y/o consumidores, profetas de una marca en puntos de venta. La verdadera invasión guerrillera representa la presencia de una marca en sitios y eventos donde la competencia es el líder.
No sólo es utilizar medios publicitarios alternativos; esto sólo es una táctica. Además se pueden manejar tanto medios tradicionales como medios no convencionales. La verdadera estrategia comienza definiendo un nicho de mercado muy específico, con quien establecer una verdadera conexión con la marca.
No es una estrategia exclusiva para grandes compañías. En realidad, el Marketing de Guerrilla nació para las MIPYMES por el relativo bajo costo de sus actividades, sin embargo, grandes anunciantes han explotado mejor estos conceptos, donde los mayores costos son los relativos a la creatividad.
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